martes, 3 de mayo de 2022

Emily Dickinson, la poeta de la Naturaleza



¿Quién no conoce a Emily Dickinson?

Los amantes de la poesía conocen bien la obra y vida de Dickinson. Autora de 1.789 poemas, es considerada uno de los pilares de la literatura estadounidense moderna y uno de las mejores poetas de la literatura universal.

Emily Dickinson nació el 10 de diciembre de 1830 en Amherts, Massachusetts (EE.UU), en el seno de una familia culta y de clase acomodada. Su formación académica fue de lo más completa, literatura, religión, matemáticas, geografía, historia, griego, biología y latín. Tampoco faltaron los estudios de piano, canto, botánica, horticultura y jardinería, lo que le dio pie a la observación y a la creación de herbarios y coleccionismo. 

Hoy, nos detenemos en un libro muy especial, no sólo por su carga poética, sino también por su sentido y el cuidado por la naturaleza. El herbario de Dickinson, se conserva en la Biblioteca de libros raros de la Universidad de Harvard- y digitalizado para que podamos consultarlo en línea-.

Si retrocedemos en el tiempo y hacemos el ejercicio mental de imaginarnos en las primeras décadas del siglo XIX, podríamos ver a una niña de 14 años correteando por el jardín de su casa, curioseando entre las flores y plantas, aglutinando entre las hojas de sus libros, hierbas, escogidas al azar. Y así fue como sucedió a finales de 1845, fecha en la que terminó de elaborar su herbario: un trabajo desconocido hasta hace poco tiempo.




Dickinson recolectó, ordenó y prensó, especímenes de plantas, todo un catálogo de flores con una gran importancia para el estudio de la biología evolutiva, gracias a sus cuasi perfectas condiciones de conservación. 

Cuando abrimos el libro por la página 65, nos encontramos con un jazmín blanco común, seguido de campanillas, claveles, epigaca, iris, laurel, lilas, narcisos, violetas, rododendro...todo un abanico de especies botánicas que configuran un documento científico que nos permite aproximarnos con rigurosidad, a la vegetación de la zona en la que vivió Emily. Estamos, por tanto, ante una primera herramienta para trazar el origen desconocido de muchas especies y situarlas en un tiempo y espacios, pretéritos.




"Los poemas de Dickinson recorren los bosques en mitad de la noche, trepan a los árboles, encuentran pájaros dormidos y recolectan flores y hojas a diario para convertirse en un registro del entorno, una radiografía de lo que observa su mirada y acaricia con la yema de los dedos".

La editorial, Ya lo dijo Casimiro, publicó por primera vez en noviembre del año 2020, un libro que reúne las fotografías completas del herbario, acompañadas de una antología botánica de poemas que giran en torno a las plantas, las flores y los árboles, en edición bilingüe y con traducción de Eva Gallud.

La Casa de la Lectura-Biblioteca Municipal de Segovia, cuenta con un ejemplar de dicha obra. Sólo tienes que venir y llevártelo a casa como préstamo. Es una delicia de libro. 


Un sépalo, un pétalo y una espina

sobre una común mañana de verano,

un frasco de rocío, una abeja o dos,

una brisa

un brinco en los árboles

¡Y ya soy una rosa!


A sepal, petal, and a thorn

Upon a common summer´s morn,

A flash of dew, a bee or two,

A breeze,

A carper in the trees,

And I´m a rose!